viernes, 23 de octubre de 2009

El derviche que se casó con una prostituta

El Alto Sayed dijo al que llevaba la tunica de derviche:
-Si no hubieras tenido tanta prisa por casarte con una ramera y me hubieras contado tus planes, te habríamos buscado una mujer pura.
- Ya he tenido nueve mujeres puras, y cuando cada una de ellas se volvía libertina, yo me llenaba de tristeza.
“Me he casado con esta intencionadamente, para ver qué sucedía. Ya he intentado guiarme por la razón hasta no poder más. Ahora practicaré la irracionalidad”.

jueves, 22 de octubre de 2009

Cuento

Junaid y los estudiantes celosos

Un día, cuando algunos de sus 20 estudiantes mostraron celos de su afecto por uno de ellos, Junaid hizo pública esta ilustración. Es una parábola en acción cobre la que conviene reflexionar.

Llamó a todos sus discípulos y les ordenó que le llevaran veinte aves. Luego cada uno de ellos recibió instrucción de tomar un pájaro, llevarlo a un lugar donde no pudiera ser visto, y matarlo.
Cuando todos volvieron, los pájaros estaban muertos: todos excepto aquel que el estudiante en discusión había escogido.
Junaid le preguntó, en presencia de los otros, por qué no había matado al pájaro.
- Porque me habéis dicho que lo llevara un lugar donde yo no pudiera ser visto, y no hay tal lugar: Dios lo ve todo – respondió el hombre.
La dificultad de la transmisión de conocimiento está ligada con la orientación del estudiante. Esperar el conocimiento no es suficiente. Como hemos visto en el caso de los estudiantes de Junaid, sólo uno entre veinte actuó en concordancia con sus propias creencias.

domingo, 18 de octubre de 2009

NaSruDin

Nueve burros

Una vez Nasrudin se comprometió a llevar nueve burros para entregarlos a un granjero de la localidad.
El hombre que se los había confiado los contó uno por uno, para que Nasrudin estuviese seguro de que realmente eran nueve.
En el camino, se atención se distrajo por algo que vio a un lado.
Nasrudin, sentado sobre uno de los animales, los contó una y otra vez. Solamente podía contar ocho.
Lleno de pánico, saltó al suelo, miró en todas direcciones, y los contó nuevamente.
Había nueve.
Entonces se dio cuenta de un hecho notable. Cuando estaba montado en burro, solamente podía ver ocho burros. Sin embargo, cuando desmontaba, había nueve a la vista, sin lugar a dudas.
Este es el castigo por ir montado- reflexionó el Maestro- Sin duda debería ir caminando detrás de los burros.
¿Tuviste alguna dificultad para traerlos hasta aquí? – le pregunto el granjero cuando llegó, polvoriento y cansado.
No después de que aprendí el truco de los que llevan burros. Caminar detrás – dijo Nasrudin – Antes de hacerlo, me jugaban toda clase de artimañas.