sábado, 26 de diciembre de 2009

Agua pura

¿Sabias que no puedes tolerar el agua absolutamente pura?
Tras purificar el agua de contaminantes, debe hacerse ligeramente salobre para que resulte aceptable al paladar humano.
De manera similar, los maestros espirituales de mayor rango y los individuos mas avanzados son imperceptibles, en su verdadera magnitud, para el hombre ordinario.
Para comunicar los asuntos de un nivel superior a un nivel inferior, la persona que comunica debe efectuar algunos ajustes.
Es interesante observar cómo funciona la equivalencia en los asuntos humanos ordinarios. Por ejemplo, la gente siempre está diciendo:
“Por su comportamiento nunca adivinarías que tal y tal persona es tan importante; habla y tiene todo el aspecto de un hombre corriente”.
Pero en lugar de intentar que una parte de él pueda ser perceptible relacionándola con el hombre corriente, la gente se esfuerza por inventar aspectos de su personalidad y explayarse en ellos. Por eso las columnas de chismorreos están tan nutridas.
Idries Shah

viernes, 25 de diciembre de 2009

El milagro del derviche real

Se relata que el maestro sufi Ibrahim ben Adam, estaba sentado un día en un claro de un bosque, cuando dos derviches errantes se acercaron a él. Les dio la bienvenida y hablaron de temas espirituales hasta el anochecer.
Tan pronto como llegó la noche, Ibrahim invitó a los viajeros a que fuesen sus huéspedes a comer. Inmediatamente después de aceptar, una mesa llena de los más exquisitos manjares apareció ante sus ojos.
- ¿Durante cuánto tiempo has sido derviche? – preguntó uno de ellos a Ibrahim.
- Dos años- contestó.
-Yo he seguido el Camino Sufi desde casi tres décadas, y nunca se me ha manifestado la capacidad que has mostrado ante mi – dijo el hombre.
Cuando la comida estaba por terminar, un personaje extraño, cubierto con un manto verde, entró en el claro. Se sentó y compartió la comida.
Todos se dieron cuenta por un sentido interno que era el Khidr, el guía inmortal de los sufies. Esperaron a que compartiera con ellos algo de su sabiduría.
Cuando se levantó para irse, Khidr simplemente dijo a los derviches:
- Ustedes dos se preguntan a sí mismos acerca de Ibrahim, pero ¿a que han renunciado ustedes para poder seguir el Camino Derviche?. Ustedes renunciaron a las expectaciones de seguridad y de una vida ordinaria. Ibrahim ben Adam abdicó la soberanía del Sultanato de Balkh para hacerse sufi. Esa es la razón por la que está mas adelantado que ustedes. Además, ustedes, durante sus treinta años, han obtenido múltiples satisfacciones por medio de la renuncia misma. Este ha sido su pago. Él siempre se ha abstenido de pedir pago alguno por su sacrificio.
Al momento, Khidr se había ido.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Felicidades

Dijo Jesús: «Haceos pasajeros».

miércoles, 23 de diciembre de 2009

La esponja de los problemas



Durante muchos siglos la tumba de Boland Ashyan curó a los enfermos, concedió deseos y beneficios a todos los que la visitaban. Era conocida como “la esponja de problemas”.
El santuario estaba situado cerca del pequeño pueblo de Mughzar, en Irán, y ahí trabajó Faisal Nadim como cocinero, en el Ashkhana (restaurante), cerca de 20 años.
Faisal nunca iba al santuario. Pero los viajeros que entraban en su cocina y pasaban su tiempo con él mientras trabajaba, constituyeron la línea de iluminados sufies llamada “Los Namidis”. Y los visitantes de la tumba nunca fueron celebrados en forma alguna como gente sagaz, excepto entre los ignorantes.
Alguien pregunto al sabio Khorram Ali, por qué los peregrinos piadosos no eran transformados por asistir a un lugar tan milagroso, y por qué los que frecuentaban la cocina se convertían en sufies.
Khorram contestó:
-Una esponja succiona al agua que no se necesita, pero también puede impedir, de acuerdo a las circunstancias, que se lleve a cabo trabajo productivo. Es totalmente insensible, sean cuales fueren los meritos que se le atribuyan. Un cocinero sabe medir ingredientes y qué hacer para que sean digeribles. Un cocinero puede necesitar una esponja para eliminar alguna cosa que le estorbe, como el agua sucia; únicamente los entupidos, que sólo se fijan en la esponja, imaginan que funciona por su propia voluntad.

martes, 22 de diciembre de 2009

Autoanálisis y tensión. La paciencia

Lo que uno hace, al estimular la positividad, es darle menos lugar a la negatividad. Por lo tanto, utilizando un termino técnico, uno le “niega el oxigeno” a la negatividad sin librar esa batalla que a veces la gente dice que teme o que cuenta que le sucedió. Siente que una parte de si está en contra de la otra.
Este es un sentimiento familiar porque estamos ante una actitud o termino de referencia que se opone a otro. Es tal vez un reflejo condicionado en contra de otro. No es la persona en conflicto consigo misma. Esto es algo que no debería tener lugar, puesto que crea tensión y la mantiene. Una persona cuenta con una proporción determinada de negatividad que se manifiesta al ser expuesta a ciertas condiciones y circunstancias.
Si alguien logra descubrir en qué circunstancia es posible que se manifieste esta negatividad, podrá, no librar una batalla, sino evitar la situación en que esta negatividad tiende a manifestarse.
Si se mira con atención, se notará que la gente suele crear situaciones y cometer errores, siguiendo ciertos patrones que se basan en su condicionamiento, el cual entra en juego en determinadas circunstancias. Si uno logra conocerse lo suficientemente bien podrá preveer que se acerca una situación que, de tener lugar, se manifestarán algunos aspectos negativos del propio condicionamiento.
Omar Ali Shah

lunes, 21 de diciembre de 2009

La parábola del árbol

El jeque Abdul – Qadir de Gilan, en sus 27 directivas del Futuh al-Gahib, invita a sus oyentes a pensar en el bien y en el mal como dos frutos del mismo árbol. “Acércate al árbol y conviértete en su guardián y solicito siervo y adquiere conocimiento de esas dos ramas y de los dos frutos y de sus alrededores y permanece cerca de la rama que produce el dulce fruto; entonces este será tu alimento y fuente de poder, y guárdate de acercarte a la otra rama y comer el fruto, pues su amargura podría matarte… y cuando estos frutos sean llevados ante ti y el dulce no pueda ser distinguido del amargo y comiences a comerlos entonces… puedes poner el amargo en tu boca”.
Idries Shah

domingo, 20 de diciembre de 2009

El coloso de Marusi



El combate que el analista sostiene es un combate desesperado. Por cada individuo que se restituye a la corriente de la vida, que se “adapta” como se dice, hay una docena de incapacitados. Nunca habrá bastantes analistas para hacer frente a tanto tarado. Una corta guerra basta para destruir el trabajo de siglos. La cirugía hará, naturalmente, nuevos progresos, aunque la utilidad de esos progresos esté lejos de ser clara. Lo que hay que cambiar profundamente es nuestra forma de vivir. No tenemos que fabricar mejores instrumentos quirúrgicos. Lo que nos hace falta es una vida mejor.

Henry Miller del libro El coloso de Marusi