miércoles, 23 de diciembre de 2009

La esponja de los problemas



Durante muchos siglos la tumba de Boland Ashyan curó a los enfermos, concedió deseos y beneficios a todos los que la visitaban. Era conocida como “la esponja de problemas”.
El santuario estaba situado cerca del pequeño pueblo de Mughzar, en Irán, y ahí trabajó Faisal Nadim como cocinero, en el Ashkhana (restaurante), cerca de 20 años.
Faisal nunca iba al santuario. Pero los viajeros que entraban en su cocina y pasaban su tiempo con él mientras trabajaba, constituyeron la línea de iluminados sufies llamada “Los Namidis”. Y los visitantes de la tumba nunca fueron celebrados en forma alguna como gente sagaz, excepto entre los ignorantes.
Alguien pregunto al sabio Khorram Ali, por qué los peregrinos piadosos no eran transformados por asistir a un lugar tan milagroso, y por qué los que frecuentaban la cocina se convertían en sufies.
Khorram contestó:
-Una esponja succiona al agua que no se necesita, pero también puede impedir, de acuerdo a las circunstancias, que se lleve a cabo trabajo productivo. Es totalmente insensible, sean cuales fueren los meritos que se le atribuyan. Un cocinero sabe medir ingredientes y qué hacer para que sean digeribles. Un cocinero puede necesitar una esponja para eliminar alguna cosa que le estorbe, como el agua sucia; únicamente los entupidos, que sólo se fijan en la esponja, imaginan que funciona por su propia voluntad.