sábado, 27 de junio de 2009

Desalentando visitantes

Un visitante le pregunto a Ajnabi:
-¿Por qué desalientas a la gente para que no venga a verte?
El dijo:
-Porque no puedo desalentarles de ir a ver a otros.
El visitante le dijo:
-No puedo comprender este misterio, ¿Cuál es el significado de tal expresión?
Ajnabi dijo:
-Ir a ver a un maestro es en sí mismo una condición, un estado que generalmente no tiene nada que ver con la razón para visitar a un sabio. Si una persona va a visitar a un maestro parcialmente porque siente la necesidad de ir a ver a alguien, esta necesidad de ir a verlo actuará como una barrera para su comprensión. Por esta razón es mejor ir a una fiesta y probar la diversión antes de ir a ver tu maestro.
El visitante le dijo:
-¿Cómo puede uno descubrir si una visita fue hecha por un propósito tan superficial como visitar a alguien?
Ajnabi dijo:
-A la partida siempre puedes discernir si una persona ha alcanzado su objetivo. Irradia la misma sensación que un hombre que ha ido al mercado y vuelto a casa. Tanto si ha comprado algo como si no, ha ido al mercado.

viernes, 26 de junio de 2009

El efecto del arraigo de opiniones, incluso entre los científicos

El doctor B.C.Murray, geólogo y profesor de ciencias planetaria en el Instituto de Tecnología de California (CTI), al estudiar la observación de Marte llevada a cabo por la nave espacial Mariner 9, manifiesta lo siguiente acerca de la subjetividad entre los científicos:

“Marte, de algún modo, se ha extendido y persistido mas allá del campo de la ciencia, hasta atrapar las emociones y los pensamientos humanos hasta el punto de que ha distorsionado la opinión científica (…) la razón de que haya ocurrido es que el hombre es colectivamente culpable de tener un pensamiento que anhela (…) la gente que realmente a sucumbido a esto han sido los propios científicos, que han malinterpretado los resultados de sus propias observaciones (…) la observaciones tendrán que impactarnos con oda su crudeza y aclararnos las respuestas a pesar de nosotros mismos.”

Esto afirmado en una conferencia en noviembre de 1971, está muy lejos de la imagen del hombre, del científico o erudito, que generalmente proyectan personajes así. De hecho, podría decirse que la imagen de sí mismos que se han formado en su propia mente constituye uno de los factores que inhibe su observación de cosas que entran en conflicto con sus intereses, o que se perciben como ajenas a estos.

IDRIES SHAH

jueves, 25 de junio de 2009

Donde encontrar la verdad

Es necesaria una preparación muy cuidadosa antes de que la gente pueda percibir algo que esta allí todo el tiempo.
Saadi de Shiraz lo expresó correctamente en términos poéticos, cuando dijo: “El adepto observa la misma cosa en un camello que en las maravillas de China o Chagil”.
Luego, por la aplicación de una cierta capacidad de concentración, algunas personas inducen a otra a exteriorizar sus pensamientos internos como método de enseñanza. Estos pensamientos delatan el carácter y operatividad del yo secundario, la personalidad falsa que, a pesar de permitir que la gente maneje muchas de las circunstancias de la vida, tiene como objetivo el mantenimiento de si misma y no el progreso del individuo más allá de sus estrechos y superficiales límites.

IDRIES SHAH

miércoles, 24 de junio de 2009

La analogía del jardinero

Hasta que puedas ver por ti mismo, clara y constantemente, lo que en realidad eres, tienes que depender de las evaluaciones de tu maestro; como la comparación que hace Rumi del jardinero:
“Un jardinero entra a un huerto mirando los árboles. Sabe que éste es un datilero, que ésa es una higuera, ese otro un granado, un peral o un manzano. Para hacerlo, no tiene que ver la fruta: sólo los árboles”.

martes, 23 de junio de 2009

El sediento y el agua

Un hombre sediento llegó junto a un arroyo.
No alcanzaba el agua, pues había un muro que el no podía saltar.
Tomó un ladrillo del muro y lo arrojó al agua, produciendo un ruido delicioso para sus oídos.
Siguió haciendo lo mismo, ladrillo tras ladrillo, hasta que la gente le preguntó por qué hacía aquello.
- Tengo dos motivos- dijo- El primero es que me gusta el sonido del chapoteo del agua, que es música para los oídos del sediento. El segundo es que con cada ladrillo que arranco del muro me acerco más al nivel del agua.
Cuanta más sed tiene el hombre más anhela el sonido mismo del agua, y con más prisa arranca los ladrillos del muro.

IDRIES SHAH

lunes, 22 de junio de 2009

Cosas que no puedes decir

P: Obtengo vislumbres de cosas y de ideas. Encuentro imposible ponerlo en palabras. No puedo decirlas. Y no tengo palabras para ellas. A menudo surgen como resultado de cosas que usted ha dicho, como una especie de “reconocimiento de la verdad”. Me gustaría aproximarme más a esto.

R: Supongo que esto es una pregunta. Estos “vislumbres” de algo que no puedes formular se deben a que no puedes formularlos de los modos que estas acostumbrado a utilizar. Si intentas verbalizarlos desaparecerán. Desearías tener mayor cercanía. Esta cercanía surge cuando encuentras una de estas cosas, o un grupo de ellas, juntándose con otras, o con otro grupo. Pero tienes que encontrarte en la etapa en la cual puedas venir y solicitar el método. Mientras permanezcas luchando no llegaras más lejos, ya que no puedes aproximarte más de tus mecanismos actuales. Las personas que te dicen que puedes hacerlo, dicen esto por una de las dos simples razones que te explicaré:
1. Porque saben que tienen que fatigar, evadir o agotar tu capacidad “intelectualizadora” antes de que puedas aceptar la existencia de otra facultad.
2. Porque son imitadores deliberados o inconcientes cuyas enseñanzas se derivan de mimetizar la etapa antes mencionada, que, a partir de esa etapa primaria en algún momento distante, se ha transmitido repentinamente.

El estado de hombre rico
Un millonario decidió visitar a un sufi para obtener su bendición.
Realizó un largo viaje acompañado por una deslumbrante comitiva y al fin llegó al hogar del sabio.
-Oh iluminado- exclamó el hombre rico al estar en presencia del sabio- Maestro cuyas invocaciones obtienen siempre respuesta, di una oración por mí.
-¿Qué oración quieres que realice? – pregunto el sufi.
-Pide – respondió el potentado- que nunca caiga en un estado inferior al que me encuentro ahora.
El sufi estuvo de acuerdo y efectúo la oración.
Algunos años mas tarde, el sufi entró en un miserable caravanserrallo y encontró a un mendigo, vestido con harapos, que le atacó en cuanto lo vio.
-Yo soy aquel magnate por quien tu rezaste, falso y villano supuesto sufi- gritó el mendigo.
El sufi dijo:
-¿Cuál es tu queja?
-¿Queja? Mírame, pidiendo limosna e infeliz…
- Tu oración- dijo el sufi- ciertamente obtuvo respuesta. Tu estado era codicia e inseguridad, y aún te encuentras fuertemente atrapado en sus garras.

IDRIES SHAH

domingo, 21 de junio de 2009

Nasrudin

Volviéndolo a pensar
Cientos de personas salían de la reunión nocturna de cierto sufi, mientras Nasrudin se encaminaba hacia la casa de aquel.
Repentinamente, Nasrudin se sentó a mitad el camino. Una de las personas se detuvo y preguntó;
-¿Qué estas haciendo?
Nasrudin respondió:
-Bueno, yo me dirigía hacia la casa del sufi. Pero como todos se están Alejando de ella, estoy volviéndolo a pensar.

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Reflexión
-Maestro, ¿Por qué no dedicas algún tiempo a practicar formas superiores de pensamiento, para mejorarte a ti mismo?
-por la misma razón que los leones no atrapan peces
-¿quieres decir que no estas equipado para ello?
-no, solamente quiero decir que aun no he llegado a eso.