sábado, 22 de agosto de 2009

Oda 98

¡Oh Amada! Si de la mano de tu Almizclada trenza, una falta
pasó, pasó;
Y, si en contra nuestra, de tu rostro lunar, una acto de tiranía
pasó, pasó.

Si, la cosecha de uno vestido de lana, el rayo del Amor consumió;
lo consumió;
Si, contra un mendigo, la violencia del prospero rey pasó, pasó.

Si, de la mirada de la Dueña del corazón, un corazón un peso
cargó, lo cargó;
Si entre el alma y la Amada un asunto pasó, pasó.

De los criticones, reproches aparecen; pero,
Si entre compañeros algo incorrecto pasó, pasó.

En el camino no hay dolor del corazón. Trae vino;
Cada impureza que tú ves, cuando la pureza pasa, pasó.

¡Oh corazón! Mantente a pie firme. Para el juego es necesario
el aguante;
Si un asunto vejante fue, fue; Si un asunto tiránico paso, pasó.

¡Oh censor! Dí: no censuréis a Hafiz que se ha ido del claustro.
¿Cómo atarás el pie del libre? Si a un lugar él pasó, él pasó.

Hafiz de Shiraz - poeta del siglo XIV

viernes, 21 de agosto de 2009

Evaluación de situaciones y su abuso

Hace poco alguien me preguntó quienes eran los que no reunían las condiciones para ser persona. Yo diría que son el líder de un culto, el dictador o el político mal intencionados. Si una persona que tiene un elemento positivo en su interior oprime a otra, su dignidad disminuye un escalón. Si oprime a dos personas, cada una de las cuales tiene en su interior un elemento positivo, su dignidad o coeficiente positivo bajara dos escalones. Su dignidad o posibilidad disminuirá tanto mas cuanto mayor sea el número de personas que oprima, ya que actúa un factor negativo, es decir, cuanto mas bajo se esta, tanto mas se descenderá. Así, su relación con la armonía directa, con el orden y con su propio ser está en una posición de minusvalía con respecto a lo positivo. ¿Acaso deben trabajar más para compensar ese fallo? La respuesta es no, porque cuando lo pierden, lo pierden del todo. Ellos son lo que suele llamarse “perdedores del honor”.
La naturaleza tiende al equilibrio, detesta el caos, el desorden, y cuando se crea una perturbación en un sistema cosmológico, el orden y el equilibrio reaccionan con mucha fuerza, rapidez y de forma directa, no contra el sistema perturbador sino contra su raíz; y ésta casi siempre se compone de las estructuras políticas, monetarias y sociales que apoyan y fomentan el sistema. Si estas se cortan la planta cae porque no tiene ninguna validez dentro del equilibrio galáctico. Es un hongo; si se le quita el alimento del cual depende, compuesto por un combustible artificial negativo, como el miedo, el hongo perecerá. Gente de estas características es extirpada, pero no carga con toda la responsabilidad. Pueden decir que ha sido condenada al castigo eterno, al fuego y al azufre pero esto no es verdad, seria demasiado simplista. Constituyen una lección; con suerte, se puede aprender de ellos. Cuanto mas poderosos son, mas terrible es su caída porque han construido una pirámide basada en una estructura de poder artificial, lo cual significa que no solo caen aquellos que están en la cúspide, sino que toda la pirámide que los ha apoyado, es decir, cualquier porción de la sociedad o humanidad que haya estado de su parte, también padece. Tal vez sufran menos porque el grado de conmoción se atenúa, pero de todas maneras queda como lección y la gente debe aprender cosas tan simples como los ejemplos de la historia.

Omar Ali Shah

jueves, 20 de agosto de 2009

Cuentos

Hombre y sufi
Se narra que una vez alguien le dijo a Mulla Jami:
- No te comportas como un gran poeta y Sufi, ¿Cómo sabemos que eres genuino?
-Él respondió:
-Tú, por otra parte, te comportas casi exactamente como un ser humano, ¡así es como sabemos que aun no eres uno!.

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El estado derviche
Abul Hasan insistió:
-Preocuparse acerca de los asuntos de este mundo no tiene nada que ver con el tema del sendero derviche.
-Preocuparse acerca del mundo futuro no tiene nada que ve con el tema del sendero derviche.
Ellos están en relación uno al otro, como el ayer con el mañana.
Hoy – algo similar pero teniendo su propia individualidad – ése es el sendero derviche.

miércoles, 19 de agosto de 2009

El viaje

Me encontraba sentado un día en el círculo del Sheik Abbas Ansari cuando vino un joven y pidió ayuda.
“Emprendo un viaje – dijo – y le agradecería que me pudiese dar recomendaciones para los Sufies de Persia”.
El Sheik preguntó acerca de la ruta del joven. Luego dijo:
- Lo siento, no puedo darte ninguna recomendación.
El visitante se alejó tristemente.
Tan pronto como se hubo ido el Sheik comenzó a dictar cartas a sus representantes en Persia, en la ruta nombrada por el joven.
Yo deseaba preguntarle la razón de este comportamiento extraordinario, pero la etiqueta de las sesiones lo impedía.
Algunos días mas tarde, al atardecer, cuando estábamos reunidos después de una sesión de contemplación, el Sheik Abbas nos dijo:
- Si le hubiese dicho a ese joven que visitase a algunos de nuestros amigos, y que seria bien recibido, habría sido incapaz de aprender, porque habría apartado de su mente la determinación para esforzarse, sin la cual no se habría beneficiado de los encuentros. También le habría producido una gran expectación, lo cual habría producido una barrera para su comprensión.
Yo dije:
- Pero, ¿acaso no pensara él que es indigno y quizás desista de hacer el viaje?
- Si hace eso, seria signo de que en cualquier caso le falta la necesaria resolución, y no habría tenido éxito en nada.
Pregunté:
- Pero, ¿acaso no pensara que usted no está interesado en su bienestar, ya que ha rechazado ayudarle?
El Sheik respondió:
-Si se puede volver contra mí de un modo tan sencillo, entonces no puede aprender en modo alguno. Seria como un perro a quien se le niega un hueso, y muerde a quien se lo ha negado, sin pensar porque.
Dije:
- ¿Es acaso indeseable que alguien sienta gratitud hacia otro por su ayuda?
- La gratitud hacia otro tiene un límite. Confiar mucho en la ayuda de otro conduce al desprecio de uno mismo y termina en oposición hacia la otra persona. Esta es una razón por la cual algunas gentes se oponen a aquellos que una vez habían admirado. Les deben demasiado.

martes, 18 de agosto de 2009

El santo y la barcaza

Una vez esperaba a mi lado, en la orilla del río, un anciano derviche. Cuando la barcaza llegó, el barquero gritó:
-¡La tarifa es de un dinar!
Como tenia justo esa cantidad, subí a la barca.
-¿Qué le parece, anciano?- lo llamó el barquero.
-¡Ay de mi!- exclamo el derviche – No tengo dinero.
- Pues entonces os quedareis donde estas- se rió el barquero, empujándolo.
Grité angustiado ente el trato que ese hombre sin dios dispensaba al derviche. Pero el santo anciano llamó:
- ¡No te aflijas por esto, amigo mío! Es Él el que lleva la barca: el buen Dios, que, a salvo, también me llevara a mí. Desenrolló su estera de oraciones y la extendió sobre la superficie del agua. ¡Creí que estaba soñando! Se subió a la estera y cruzo el río navegando… bastante seguro.
- Estaba tan asombrado que no puede pegar un ojo en toda la noche. Al día siguiente, el derviche se rió de mí. ¿Sigues asombrado?- se reía entre dientes- No puede ser mas sencillo. La barcaza te trajo a ti. Dios me trajo a mí.

SAADI

lunes, 17 de agosto de 2009

Como reconocer a un hombre sabio

Había una vez un visir que se fue a vivir a una comunidad de derviches después de que lo despidieran de su cargo en la corte del rey. Con el tiempo, el efecto que esos hombres produjeron en él le permitió recobrar la serenidad perdida y vivió felizmente con ellos.
Pero un día el rey cambió de opinión y le envió un mensaje diciéndole que su cargo estaba ahora disponible, y que si quería aceptarlo.
El antiguo visir respondió negándose y escribió:”Disfruto con mi retiro, satisfecho y a salvo de las dentelladas de los perros y de los hombres, libre de las manos y las lenguas de los difamadores”.
El rey volvió a enviarle un mensaje urgente.”Necesito desesperadamente tu talento político en mi gobierno. Debo tener un hombre de tu sabiduría e inteligencia”.
El visir respondió:” Un hombre sabio e inteligente no se involucra en semejantes asuntos”.

SAADI

domingo, 16 de agosto de 2009

Nasrudin

Ambición

Nasrudin había solicitado empleo en una tienda de departamentos, y el jefe de personal le estaba interrogando para darse cuenta de su capacidad.
-Aquí queremos a personas con ambición – le dijo - ¿Qué clase de puesto es el que usted desea obtener?
-¿Le parece bien – dijo Nasrudin – que pida su puesto?
-¿Está usted loco?
-Bien podría ser que lo estuviese,- dijo el Maestro – Pero ¿es ese un requisito indispensable?