sábado, 25 de julio de 2009

Bayazid y el hombre egoísta

Un día un hombre reprocha a Bayazid, el gran místico del siglo IX, diciéndole que había ayunado, orado y demás, durante treinta años sin encontrar el regocijo que Bayazid describía.
Bayazid le dijo que podía continuar durante 300 años mas, que tampoco lo encontraría.
“¿Cómo es eso?”, preguntó el aspirante a iluminado.
“Debido a que tu vanidad es una barrera para ti”.
“Dime el remedio.”
“El remedio es uno que tú no puedes tomar”.
“Dímelo de todos modos”.
Bayazid dijo: “Debes ir al barbero y hacerte afeitar tu (respetable) barba. Quitarte las ropas y ceñirte con una faja. Llenar un morral con nueces y colgarlo de tu cuello. Ir a la Plaza del Mercado y gritar: “Daré una nuez a cada chiquillo que me pegue en la nuca”. Luego llegarás hasta el tribunal en sesión de modo que puedan verte.”
“Pero yo no puedo hacer eso. Por favor, dime alguna otra cosa que dé el mismo resultado”.
“Es el primer paso y el único”, dijo Bayazid, “pero ya te había dicho que tú no lo harías; de modo que no puedes ser curado”.

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El-Ghazali, en su Alquimia de la Felicidad, procura destacar con esta parábola su reiterado argumento de que cierta gente, al buscar la verdad, por muy sincera que se crea o que aparente serlo, podría, en realidad, estar motivada por egoísmo o vanidad, siendo esto una barrera para su aprendizaje.
Idries Shah- Cuentos de los Derviches

viernes, 24 de julio de 2009

Quien guarda el manto

Attar, en su Memorial de los santos, cuenta una historia del gran Sufi Habib Ajami, cuando éste fue a un río a lavar y dejó su manto tirado en el suelo. Hasan de Basra, que pasaba por ahí, lo vio. Pensando que alguien debía cuidar esta pertenencia, permaneció haciendo guardia hasta que Habib retornó.
Hasan preguntó entonces a Habib a quién había dejado al cuidado del manto.
-¡ Lo he dejado al cuidado- dijo Habib- de aquel que te dio a ti la tarea de vigilarlo!.
Esta anécdota, que intenta indicar la forma en que los Sufis resuelven sus asuntos, es con frecuencia considerada por los burdo imitadores como algo que deben copiar, de modo que prueban al “destino” abandonando las cosas y descuidando las obligaciones, y obtienen los resultados que corresponden a su ignorancia.

jueves, 23 de julio de 2009

Cuento XIII

El viejo y el médico

Un viejo se quejó a su médico por que sufría de dolor de cabeza. El médico respondió: “Eso se debe a tu vejez”. Luego el viejo se quejó de un problema en su vista, y el médico de nuevo le dijo que el mal se debía a su edad avanzada.
A continuación el viejo se quejó de dolor de espaldas, de dispepsia, de mala respiración, de debilidad nerviosa, de incapacidad para caminar y de otros males y el médico le respondió que todos esos males se debían a su vejez. El viejo, perdiendo la paciencia le dijo:”Oh tonto, ¿acaso no sabes que Dios ha ordenado un remedio para cada enfermedad?” El médico le respondió: “Esta pasión y cólera también son propias de tu edad. Como todos tus miembros están débiles, has perdido el poder de tu autocontrol, y cada palabra te lleva a la pasión”.

Mevlana Jalaludin Rumi

miércoles, 22 de julio de 2009

La generosidad real y la relativa

Los tacaños

Un hombre oyó hablar de los apuros de otro mientras estaba reunido con algunos amigos. Se sintió de inmediato conmovido y entregó una suma de dinero para que se le diera al infortunado.
Otro, que no había oído de ningún caso en especial, cuando tuvo dinero salió en busca de alguien que estuviera necesitado. Le preguntó cuales eran esas necesidades y las satisfizo.
¿Cuál de ellos era en verdad un hombre generoso?
La respuesta es …ninguno.
Ambos eran generosos dentro de los límites convencionales.
Hacían lo que les habían enseñado hacer.
Estas formas de generosidad son suficientes solo en el mismo comienzo de la generosidad.
Más allá está el estado para la cual estas otras formas son supuestamente preparaciones.
Debido a que la gente rara vez pasa de los estados preliminares, estas formas inferiores son consideradas como el súmmum de la generosidad.
La verdadera generosidad es cuando un hombre hace algo generoso sin que nadie se entere, o cuando sabiéndolo otros, rehúsa cualquier tipo de merito por su generosidad, tanto del receptor como de algún otro.
La verdadera generosidad es anónima hasta tal grado, que un hombre debería estar preparado aun para ser considerado como tacaño, antes de tener que dar explicaciones a otros.
Este tipo de generosidad, en bienes, en obras y en pensamiento, es deliberadamente cultivada en las filas del Elegido y practicada por quienes desean entrar en sus filas, sin ninguna excepción y sin descanso en su práctica.
La generosidad también se caracteriza por hacer lo que uno dice que hará. Saadi enseña: “Cuando los generosos prometen, cumplen”.
No ser codicioso, es, paradójicamente, la más elevada forma de mirar por los verdaderos intereses de uno.
La codicia os daña: la generosidad os ayuda.
Por eso se ha dicho: “La codicia es la madre de la incapacidad”.

Idries Shah

martes, 21 de julio de 2009

Relato (3136-3142)

Un sabio sagaz se fue a China a casa de un maestro
y le dijo:”acláranos sobre la Verdad”
Aquel maestro de la vía espiritual le contestó
“en realidad la Verdad se divide en diez capítulos
yo te diré más si estas atento
poco habar compone el primero callarse los nueve siguientes”
Porque calla el halcón se posa en el puño del rey
porque canta el ruiseñor permanece en la jaula
Si tu alma adquiere la costumbre de callar
cada átomo te hablará
Hasta cuando murmurarás como una fuente
si te callas te convertirás en mar
El que de ese mar quiere la perla
para sumergirse debe contener el aliento.


Fararuddin Attar

lunes, 20 de julio de 2009

El libro de los derviches

Si existe un modelo de libro de texto derviche, es Regalos del Conocimiento (profundo)- Awari el-Maarif- escrito en el siglo XIII y estudiado por miembros de todas las órdenes. Su autor el Sheikh Shahabudin Suhrawardi (1145-c. 1235), dirigió la mezcla de teoría, ritual y practica que tuvo lugar en su época, estableció escuela de enseñanza próxima a las cortes de Persia y de la India, y fue Jefe de los Jefes de los sufis en Bagdad.
Tradujo mas de la mitad de este libro al ingles el teniente coronel Wilberforce Clarke.

Del libro Regalos del Conocimiento- extractado del libro Los Sufis
…Fomentar la sinceridad del discípulo es una de las principales tareas del sheikh, como también arrancar de su mente los apegos indeseables…
El sheikh ha de mostrarse bondadoso y compasivo. Reduce la austeridad del discípulo en lo posible, dentro de las necesidades propias del trabajo. Privaciones demasiado fuertes pueden impedir al discípulo integrarse al principio en el esfuerzo derviche.
El efecto que producen las palabras del sheikh es muy importante. Se compara con la semilla, y una buena cosecha sólo puede venir de una buena semilla. La polución mental del alumno puede tener su origen en un deseo del sheikh de influenciar a su oyente o en cualquier sentimiento de orgullo por su parte. El sheikh no habla a su discípulo sin una razón objetiva.
“La conversación es objetiva cuando significa lo mismo para el que habla que para que el que escucha”.
Los consejos se dan al discípulo en una forma velada o alegórica, en especial cuando se trata de una crítica.
El desarrollo interno del discípulo es algo que el Guía mantiene en secreto. No es conveniente que el primero esté expectante ante sus progresos, y el sheikh le explicará que anticiparse a ciertos estados mentales equivale a interceptarles el camino…
Del libro Los Sufis de Idries Shah

domingo, 19 de julio de 2009

Nasrudin

Advertencia

Nasrudin entró a la Tierra de los Tontos.
- Oh, amigos – gritó – El pecado y el mal son odiosos.
Hizo lo mismo todos los días durante varias semanas.
Un día, cuando estaba a punto de repetir su advertencia, vio a un grupo de Tontilandeses de pie son los brazos cruzados.
- ¿Qué están haciendo?
- Acabamos de decidir qué hacer acerca de tanto pecado y tanto mal de que has estado hablando todo el tiempo.
- ¿Así que se han decidido evitarlo?
- No, hemos decidido evitarte a ti.