Cierto Rey, acompañado por algunos cortesanos, estaba cazando en los campos lejos de la ciudad. Cuando cayó la noche dirigieron sus pasos a una cabaña solitaria y el Rey ordenó: “Pasaremos la noche aquí para escapar del frío”.
Un visir dijo: “No concuerda con la dignidad de SU majestad quedarse en la cabaña de un campesino, déjanos levantar una tienda aquí y encender un fuego”. Esto llegó a oídos del campesino quien reunió toda la comida que tenia y sirvió al Rey diciendo: “Ciertamente la dignidad de Su majestad no sufriría si se quedara en la cabaña de un campesino, es mas bien que ellos no quieren que la dignidad del campesino sea aumentada por u visita”.
El Rey se sintió complacido por las palabras del hombre y pasó la noche en su cabaña atendido por el campesino. A la mañana del Rey le confirió un manto de honor y algo de dinero. Cuentan que el campesino caminó algunos pasos junto al estribo del Rey diciendo:
“Su dignidad y majestad no han sufrido
menoscabo
Por pasar la noche en la cabaña de un
campesino.
Mas bien el campesino ha sido elevado
Porque un Rey como tú ha proyectado su
sombra sobre su cabeza.
