martes, 11 de mayo de 2010

Cusa y Efecto



Una tarde Nasrudin riñó con su esposa y le gritó con tanta animosidad que ésta huyó a buscar refugio en una casa vecina. El Mulá la siguió.
Ocurrió que en aquella casa se estaba celebrando una fiesta de esponsales y tanto el anfitrión como los invitados hicieron lo posible para calmar a Nasrudin, compitiendo todos para que la pareja se reconciliara, comiera y disfrutara.
EL Mulá le dijo a su esposa:; "Querida, recuérdame que debo enfurecerme más a menudo; así, la vida valdría realmente la pena".