sábado, 20 de noviembre de 2010

El pavo real

Era un pájaro maravilloso. Extendía su cola asombrando a todos con sus deslumbrantes colores… a todos, excepto claro está, a un hombre de mala voluntad.
- ¡Vaya zarpas más feas que tiene ese pájaro – dijo.

La buena acción

El alcalde de un pueblo vio cómo un hombre sacaba una espina del pie de un niño huérfano. Y esa noche soñó con el hombre, paseando placenteramente por los jardines del Paraiso diciendo:
- ¡Mira cuantas rosas han brotado de esa espina!.

jueves, 18 de noviembre de 2010

EL SECRETO SE PROTEGE SOLO

Cierta vez un maestro quiso ilustrar a sus discípulos sobre algunos aspectos importantes de la enseñanza.
Uno de ellos le preguntó cuál era la mejor forma de ocultar un secreto.
Los discípulos se quedaron atónitos ante la respuesta de su maestro:
-La mejor forma de guardar un secreto es a la vista de todo el mundo.
-Pero maestro, replicaron a coro, ¿Cómo es posible que no lo descubran?
Observándoles con mucha indulgencia el maestro les dijo:
-La gente común cree que la Verdad es un secreto celosamente guardado, que es casi imposible acceder a ella, pero en realidad está al alcance de todos, cualquiera que tenga el verdadero deseo en su corazón de ser poseído por la Verdad, puede hacerlo.
-Pero maestro ¿Y qué hay entonces de todos esos libros de sabiduría que dicen tener en su interior la Verdad codificada, la cual solo será revelada a quien demuestre ser puro de recibirla?
-Hijo, si no existiera el misterio, no existiría el estímulo para querer ser revelado. El hombre necesita un empuje inicial, pero solo para aquel cuyo corazón esté rasgado por un poderoso amor que lo purgue de todo defecto y codicia no existirá tal misterio y el secreto para él no estará oculto.
-¿Y cómo se consigue tal estado? Preguntaron varios discípulos
-Deberéis trabajar mucho antes que esto suceda, y cuando llegue vuestro momento, cuando estéis en el lugar justo, aún en medio de una muchedumbre ruidosa y banal, la Verdad os encontrará sin ninguna duda y sin ninguna previsión de vuestra parte.
-Es muy interesante lo que nos explica, pero aún subsisten dudas en mi y con todo respeto, me cuesta harto imaginar cómo es posible que un secreto así, tan grande, pueda ser guardado frente a todo el mundo y no ser descubierto?¿Es que tan tonta es la gente? Arguyó un discípulo.
Sin molestarse siquiera el maestro, le contestó:
-La gente está preocupada por cosas inútiles, cosas que consideran de gran valor, y que en realidad no lo tienen, y malgastan su vida mientras lo esencial se les escapa de las manos. Mirad, haremos un experimento. En unos días se llevará a cabo la feria semanal y allí podré demostraros en la práctica lo que os asevero.
Pasaron los días y llegó el momento de la feria, el maestro y sus discípulos prepararon una larga mesa. Allí el sabio fue distribuyendo objetos de distinta naturaleza, algunos parecían joyas doradas, otras gemas preciosas y otros reliquias muy antiguas.
Las horas iban pasando, y la gente observaba los distintos objetos. Una persona se acercó para ver una piedra roja y el maestro le aseguró que era un rubí de alta calidad. La persona preguntó su precio y al ver que no era una suma elevada lo adquirió. Así sucedió con las joyas, y con las reliquias de las cuales el maestro aseguraba su alto valor y antigüedad. Los discípulos no entendían lo que sucedía y bostezaban de aburrimiento, ya desesperaban por la hora en que la feria concluyera.
Un hombre de aspecto vulgar y pobremente vestido, se acercó a la mesa. Sus ojos se posaron sobre una gema en especial y preguntó al maestro cual era su precio.
-Perdóname y no te ofendas por lo que voy a decirte, pero no creo que poseas el suficiente dinero como para adquirir tan valiosa pieza. Le contestó el maestro
El hombre no dijo nada y dirigió entonces su mirada a una joya en especial y preguntó nuevamente por su precio y recibió la misma cortante contestación del sabio.
Ya visiblemente fastidiado el extraño, ahora exigió el precio por una reliquia en particular y recibió nuevamente la misma y rotunda respuesta del maestro.
Mirando fijamente a los ojos del sabio le dijo:
-Me juzgas por mi aspecto, porque en realidad no sabes quién soy. Estoy vestido con estas humildes prendas, para así poder ocultar mi identidad y confundirme entre la multitud, pero en realidad soy un poderoso príncipe de una comarca cercana y mi padre el rey, me ha enviado en busca de un gran amigo suyo, para solicitarle sea mi guía espiritual y para encontrarle debería obtener tres objetos únicos de valor inigualable que solo yo estoy capacitado de reconocerlos. Así pues que basta de negativas, pagaré el precio que me pidas por ellos.
-Querido príncipe, yo soy ese gran amigo de tu padre ¿No te acuerdas ya de mi? Eras muy niño y yo fui tu maestro y el consejero personal de tu padre, el rey. Antes de tu adolescencia me retiré de la corte para difundir mis conocimientos. Fue entonces cuando el príncipe reconoció entonces a su querido mentor y emocionados se confundieron en un fuerte y largo abrazo.
- Discúlpame si aparenté en un principio no conocerte, porque fue necesario para impartir una lección a mis discípulos. Por favor, querido príncipe, ven a mi humilde casa con mis discípulos para que te agasajemos como corresponde. Y volviéndose a sus discípulos, les dijo:

-Como habéis visto, la gente solo se preocupó por vidrios coloreados de valor insignificante, metales dorados que aparentaban oro, o falsas reliquias decoradas de yeso, los objetos únicos de inigualable valor, estaban a la vista de todo el mundo, pero solo el que estaba capacitado para verlos es el único digno de poseerlos.

-El secreto se protege solo, concluyó

Elias Pessaj
http://www.seronoser-tudecides.blogspot.com/

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Sobre la apariencia

El hombre ordinario juzga a una persona no por sus valores interiores, sino por sus acciones aparentes, por lo que superficialmente parece ser, por lo que la gente dice de él. Este método es aplicable solo para cierto tipo de juicio, y no para otros. Lo que una persona parece ser, depende de lo que se sabe de él. Por ejemplo, un hombre que esgrime un garfio no es necesariamente un asesino; podría ser también un conductor de elefantes.
Los elegido violan muy frecuentemente los cánones superficiales del aspecto, con el fin de no ser afectados por el comportamiento de la masa por su criterio artificial, y en otras ocasiones también para demostrar a aquellos que lo pueden ver, que la conducta de por sí no demuestra el valor interior de una persona.

Pahlawan -i-Zaif

martes, 16 de noviembre de 2010

Cuento

Había una vez un viejo sabio sufí que acostumbraba quedarse en su hogar y en su jardín y no salía demasiado, y cada vez que el rey iba a visitar la localidad, acostumbraba mandarle mensajes pidiéndole que fuera a verlo. Y finalmente, un día llegó en que fue a ver al rey y el rey le dijo: - Yo he estado viniendo aquí y le he enviado mensajes invitándolo a venir y usted no ha venido, ¿por qué no viene usted más seguido?, y el sabio le contestó: - Porque las palabras “¿por qué no viene usted más seguido?” son más dulces para mí que las palabras “¡por qué ha venido otra vez!”.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Grupos de trabajo e intención

La energía positiva es producida por el esfuerzo, por lo tanto, no debería ser utilizada sin una reflexión y la intención suficientes. Si trabajan duro en sus empleos por una semana y al final de la semana obtienen su paga, no salen a comprar un globo y lo dejan irse por el aire. No es suficiente decir, como justificativo para hacer eso, “Bueno, compré un globo, lo hice ascender y luego até a él una carta para Omar Ali Shah”. No soy Papa Noel. La intención es muy buena. En ese punto uno para y piensa: “¿Cuál es mi intención al enviar esta carta así, por qué no uso el servicio de correos?”. El entusiasmo está ahí, la intención es correcta, por lo tanto debiera producirse una acción correcta. Si ustedes dicen: “Me gustaría escribir una carta pero no se escribir”, entonces podrían estar en la situación de un hombre que un día quiso escribir una carta y no pudo hacerlo, entonces fue a ver a Nasrudin.
El hombre le dijo a Nasrudin: “Quiero escribir una carta a mi hijo, que está en tal lugar, ¿podría usted escribirla por mi?, y Nasrudin respondió: “Tengo papel y tengo que cobrar un peso por el trabajo de escribir la carta”, y luego Nasrudin dijo: “¿Tiene usted dinero para mi pasaje aéreo de ida y vuelta al lugar donde vive su hijo?” el hombre contesto: “No, pero tengo suficiente para el sello postal, no necesita ir personalmente”, Nasrudin dijo: “Si, tengo que ir con la carta”, y el hombre le respondió: “Usted es muy amable, muy gentil, pero es suficiente con que escriba la carta y acepte el peso, yo pondré una estampilla y la mandare por correo”, y Nasrudin dijo: “NO. Yo escribo la carta, tengo que ir”, y el hombre contesto: “Soy un hombre pobre, un hombre simple, no comprendo todo esto, todo lo que quiero es una carta, para enviar a mi hijo y usted dice que tiene que ir con la carta, ¿podría usted decirme por qué tiene que ir con la carta?”, Nasrudin entonces dijo: “La razón es que nadie puede entender mi letra, por eso tengo que ir yo mismo a leerla”.