miércoles, 4 de febrero de 2009

Charlas con Miguel

Hay gente que dice – y esto lo digo muy deliberadamente- que sufre mucho porque no tiene plata, entonces le digo: vos sufrís mucho, el hecho que no tengas plata, es otro problema, y hay que tratarlo de otra manera, porque yo te hago una lista de multimillonarios que están peor que vos, entonces, no hay una relación directa entre la manera en que te sentís, y el hecho de que no tenes plata. El hecho de que no tengas plata, es otro problema, que puede ser muy real, nadie te lo niega, pero no mezclar las cosas.
Mi experiencia personal, porque he vivido muchos años con gente muy pobre, pero a un nivel de pobreza que no se puede concebir, me ha probado que entre esa gente- estadísticamente- había mucha que estaba muy bien de estado de animo, había gente que estaba regular de estado de animo y hay gente que estaba mal de estado de animo. Y también, por una experiencia personal, he convivido con gente que tiene muchísimo dinero y entonces, de esos, habrá una parte que estaba siempre muy bien, otra parte estaba regular, y otra estaba para ir al manicomio. Entonces, es como que no hay, necesariamente, una relación de una cosa con la otra. Que esto sea un problema- el no tener dinero- ciertamente lo es, pero uno lo titula y lo caratula de otra manera, al mezclar las cosas, no sabe que problema esta tapando en cada momento.
Porque si yo soy una persona depresiva y no tengo plata, yo, automáticamente, digo que estoy depresivo porque no tengo plata. Eso no es cierto. ¿Por qué no es cierto? porque nos sometemos a la estadística de la realidad, entonces, empezamos a ver a un señor Paul Getty que tiene (se murió ya ¿no?) que tenia dos mil millones de dólares y estaba tan enfermo, que vivía encerrado. Ciertamente, si yo no tengo dinero, ese es un problema real, entonces lo agarro y lo pongo en una carpeta que dice: “problemas de dinero”, ¿cómo se solucionan? y empiezo a trabajar sobre ese problema.
Ahora, que yo me ponga a mezclar mi depresión con la falta de dinero, es caótico, porque no se cual problema voy a atacar y esto es difícil.
Que la persona tenga ese nivel elemental de poder discriminar qué es lo que está tratando, es absolutamente difícil.
Cuando viene un amigo a hablarle a uno, le pone tres problemas como si fuera uno solo. Ahora, si uno dice: pará, vamos a poner los problemas por separado, no puede. Para él es un problema, no hay un problema, acá son tres problemas diferentes, ¿de que me estas hablando? porque además, viene a hablarte también de un tercero y se mezcla todo. Entonces ¿cómo hace?, a veces no hay tiempo suficiente, por eso yo digo: Las preguntas, hay que hacerlas correctamente, ¿Qué es el problema que yo estoy tratando? ¿Mi depresión? ¿Mi negatividad? ¿Mi falta de dinero? ¿El carácter podrido que tiene mi amigo? porque todo, todo, lo trae todo junto, ¿Y cómo ese carácter podrido me afecta? ¿Y cómo puedo hacer yo, para que no me afecte? esto lo pone todo en el mismo paquete, ahora, que a uno le traigan las cosas puestas todas en el mismo paquete, no es un gran problema, porque uno va y trata de dividirlo. Mirá: ahora vamos a tratar esto, mañana tratamos este, y pasado trataremos este.
En esa gimnasia de poner las cosas en su lugar, es ciertamente, un trabajo que la persona tiene que aprender a hacer.