martes, 7 de abril de 2009

Reflexiones


Libros
Si yo te entrego un libro vacuo, dándote a entender, “Tu aun no puedes beneficiarte con mi libro”, quizás pensarás: “Me está insultando”.
Pero, si ofrezco un libro completo y comprensible, todos los lectores tomarán sus superficialidades como un estímulo, exclamando: “¡que magnifico, que profundo!”.
La gente seguirá estas cosas externas después de que yo me haya ido, convirtiéndolas en una fuente de estímulo y debates. Dirán que contienen didáctica, poesía, ejercicios o historias.
Si no les doy libros, o les doy uno pequeño, los académicos se mofaran, y arruinarán las mentes de estudiantes potenciales y vulnerables, con otra literatura, aun más de lo que lo hacen en el presente.
Los estudiantes desconcertados se convierten en destructivos, imaginan soluciones y tratan de imponerlas a otros.
Si les doy un libro extenso, algunas personas imaginaran que es pretencioso.
Notarás que existen todas estas suposiciones, simplemente porque a la gente le gustan, no porque tengan la menor probabilidad de ser verdad.
Si les doy un libro críptico, imaginarán que contiene extraños secretos. O se pueden hacer innecesariamente astutos para tratar de comprenderlo.
Cuantas mas cosas como estas dices, la gente se vuelve mas petulante, y con desden afirma:”Usted no nos comprende. Nosotros no nos comportamos así. La falta de comprensión esta en usted”.Pero si yo digo estas cosas y reflexiono sobre ellas, siquiera brevemente, presentando a cada aclaración la misma atención, yo me daré por satisfecho

Corrección
Abdullah Ben Yahya estaba mostrando a un visitante un manuscrito que él había escrito.
Este hombre dijo:
-Pero esta palabra ha sido mal deletreada.
Inmediatamente Abdullah deletreó la palabra, escribiéndola en la forma que aprobaba su invitado.
Cuando el hombre se hubo ido, se preguntó a Abdullah:
-¿Por qué hiciste eso, si sabias que su “corrección” era de hecho incorrecta, y escribiste mal la palabra cuando la original era la correcta?
Y él contestó:
-Eso fue una muestra de sociabilidad; el hombre creyó que me estaba ayudando y pensó que la expresión de su ignorancia era una indicación de conocimiento. Yo aplique el comportamiento de la cultura y de la cortesía, no el comportamiento de la verdad, porque cuando la gente busca cortesía e intercambio social, no puede soportar la verdad. Si yo hubiese tenido la relación de maestro a estudiante con ese hombre, las cosas hubiesen sido distintas. Solamente la gente tonta y los pedantes creen que su deber es instruir a todos, cuando el motivo de la gente es generalmente no buscar instrucción, sino atraer la atención.