viernes, 3 de abril de 2009

“No vine aquí para ser insultado”

Hubo un hombre aquí el otro día a quien no le gusto la manera en que hablamos.
Su reacción, utilizando sus propias palabras consistió en decir “¡No vine aquí para ser insultado”! Me sentí tentado a preguntarle: “¿Dónde vas habitualmente?”
Lo que no se permitía ver a si mismo, pero si era obvio para las otras personas presentes, es que se podría comprender perfectamente que había acudido exactamente para eso.
Si te acercas a un enchufe eléctrico, metes el dedo en el y eres arrojado al suelo, el comentario apropiado no es: “¡No viene aquí para que me diese una sacudida eléctrica!”.
Las personas pueden ser insultadas sólo si deciden –conciente o inconscientemente- ser insultadas. Un insulto no es algo objetivo, como un fragmento de roca. Si a un grupo de hombres se los llama mujeres, les estarás insultando; si a un grupo de mujeres las llamas hombres, algunas de ellas se sentirán insultadas. Y así ocurre con un millón de cosas diferentes.
Las personas que tienen ese tipo de mecanismo de reacción – y en la cultura en la que vivimos, la gente que no ha asimilado suficiente información cultural sobre la neurosis, sobre el conocimiento y sobre los deseos de recibir atención y sobre el malestar que se causa cuando se frustran -, toda esa gente para nosotros son personas que no han aprendido el alfabeto y que sin embargo quieren convertirse en escritores. Primero hay un pequeño detalle de forma: tienes que ser capaz de comprender más de lo que comprendes en este momento. Y no es necesariamente nuestro deber enseñarte estas cosas elementales. Puede que dispongamos de tiempo para hacerlo, puede que no. Aprender el alfabeto puede suponer un paso para convertirse en un gran escritor. Pero cuando se trata de aprender el alfabeto, la conexión con la literatura no debe tratar de dignificarse con palabras grandilocuentes. Primero lo primero. La cosas básicas pueden ser absolutamente necesarias. Sin embargo, no por ello deben considerarse de naturaleza superior.
Idries Shah