viernes, 5 de junio de 2009

El derviche y la princesa


XUL SOLAR

La hija de un rey era bella como la luna y admirada por todos.
Un día, un derviche a puno de comer un trozo de pan la vio. El bocado se le cayó: al quedar tan profundamente conmovido no pudo sostenerlo.
Ella le sonrío al pasar a su lado. Esta acción lo llevó a un estado de convulsión; su pan en el polvo, casi privado de sus sentidos. Permaneció así, en estado de éxtasis, durante siete años.
El derviche pasó todo ese tiempo en las calles, donde dormían los perros.
Era una molestia para la princesa y sus servidores decidieron matarlo.
Pero ella lo mando a llamar y le dijo: “No puede haber unión entre tu y yo, y mis servidores han decidido matarte; por lo tanto abandona estas tierras.”
El desdichado contestó: “Desde la primera vez que te vi, la vida nada significa para mí. Ellos me mataran sin motivo. Pero, por favor, contéstame una pregunta, ya que has de ser la causa de mi muerte. ¿Por qué sonreíste?
“¡Necio!”, dijo la princesa. “Cuando vi cuan tontamente te estabas comportando, fue sólo por piedad que sonreí.”
Y desapareció de su vista.

En el lenguaje de los Pájaros, Attar habla de la interpretación errónea de las emociones subjetivas, la cual hace que los hombres crean que ciertas experiencias (“la sonrisa de la princesa”) son dones especiales (“admiración”) cuando podrían ser el exacto reverso (“piedad”).
Muchos han sido inducidos a inferir erróneamente (ya que este tipo de literatura tiene sus propias convenciones) que los escritos clásicos Sufis no son otra cosa que descripciones técnicas de estados psicológicos.