viernes, 28 de agosto de 2009

Comida y plumas

Había una vez- y esta es una historia verídica- un estudiante que solía ir todos los días a sentarse a los pies de un maestro sufi, para tomar notas de lo que él decía.
Por estar tan abstraído en sus estudios, no podía ejercer ninguna ocupación lucrativa, que le aportara ganancias.
Una noche al llegar a su casa, su esposa le colocó enfrente una fuente cubierta con una servilleta. Tomo la servilleta y se la puso alrededor del cuello; entonces vio que la fuente estaba llena de plumas y papel.
- Puesto que esto es lo que haces todo el día – le dijo – trata de comértelo.
A la mañana siguiente, el estudiante fue, como de costumbre, a aprender de su maestro. Aunque las palabras de su mujer le habían entristecido, continuó siguiendo el patrón de estudios acostumbrado y no salió a buscar trabajo.
Después de unos minutos de escribir, encontró que su pluma no estaba funcionando correctamente.
- No te apures- le dijo el maestro – Ve al rincón, trae la caja que encontrarás allí y póntela enfrente.
Cuando se sentó y abrió la tapa de la caja se encontró con que estaba llena de comida.