Es triste que la gente dignifique demasiado sus actividades.
Utilizan hermosas palabras para describir procesos que, si se mirasen directamente, les permitirían adquirir algo de humildad.
Las personas a menudo tienen que “quemar” sustancias volátiles sobrantes.
Pero esto sigue considerándose significativo, ya que la autoestima es tan poderosa que el hombre tiene que ocultar su absurdo e incluso sus necesidades normales bajo la ampulosidad.
A al gente no le gusta que la describan como una máquina. Es cierto que tan solo un hombre- no una máquina, ni siquiera un mono – iría tan lejos como para describir meros procesos de física y química (incluso de electrónica) mediante términos líricos, peyorativos y sagrados.
Idries Shah