La espiritualidad no es un estado de ánimo, es una táctica, una táctica armoniosa, que es usada en contextos, lugares, en momentos en que la persona siente que la espiritualidad se presenta en ella. La gran intangibilidad de la espiritualidad es su defensa. Si uno pudiera comprar la espiritualidad – los Borgia trataron y no pudieron – o comprar una seudespiritualidad: “El es el gran Don Nadie, por lo tanto debe ser maravilloso”.
Este es Hafiz, “La humildad de un maestro nace de su arrogancia”.
Nuevamente, para prevenir a los cerebros de papilla que incitan a esto, lo que sucede es que cuanto uno mas sabe, mas humilde se vuelve, ya que uno va teniendo cada vez mas respeto a la gente que ha “tocado el cielo”, y nos damos cuenta de cuán insignificantes ellos son, sin entrar dentro de esta gran cosa, “¡Oh, soy tan humilde! ¿no es cierto?”. Esto en si mismo es arrogancia.
Omar Ali Shah