domingo, 13 de diciembre de 2009

El jinete y la serpiente



Existe un proverbio que dice: la “oposición” del hombre de conocimiento es mejor que el “respaldo” del tonto.
Yo, Salim Abdali, doy fe de que esto es cierto en los niveles mas elevados de la existencia así como también lo es en los mas bajos.
Esto se pone de manifiesto en la tradición de los Sabios, que han transmitido el cuento del Jinete y la Serpiente.

Un jinete, desde su aventajada posición, vio cómo una serpiente venenosa se deslizaba por la garganta de un hombre que dormía. El jinete sabia que si se dejaba dormir al hombre, el veneno seguramente lo mataría.
En consecuencia, sacudió al hombre dormido hasta que despertó. Sin perder tiempo, lo obligó a ir hasta un lugar donde había manzanas podridas tiradas en el suelo y lo obligo a comerlas.
Luego, lo forzó a que tomase, de un arroyo, grandes tragos de agua.
Mientras transcurría todo esto, el hombre trataba de escapar, gritando:” ¿Qué es lo que he hecho, enemigo de la humanidad, para que abuses de mi de tal manera?
Finalmente cuando estaba casi exhausto y anochecía, el hombre cayó al suelo y vomitó las manzanas, el agua y la serpiente. Cuando vio lo que había vomitado comprendió lo ocurrido, e imploro el perdón al jinete.
Esta es nuestra condición. Al leer esto, no toméis historia por alegoría, ni alegoría por historia. Aquellos que están dotados de conocimiento tienen responsabilidad. Aquellos que no lo están, nada tienen aparte de sus conjeturas.
El hombre que había sido salvado dijo: “Si me hubieras dicho, hubiese aceptado tu tratamiento de buen grado”.
El jinete contesto: “De habértelo dicho, no lo hubieras creído. O te habrías paralizado de terror. O habrías escapado. O te hubieses dormido nuevamente, buscando el olvido. Y no hubiese tenido tiempo.”
Espoleando su caballo, el misterioso jinete se alejó.


Salim Abdali (1700-1765) hizo que se abatiesen sobre los Sufis calumnias casi sin precedentes provenientes de los intelectuales, al sostener que un maestro Sufi sabe lo que aqueja a un hombre, y puede tener que actuar rápida y paradójicamente para salvarlo, provocando, con esto, la furia de aquellos que no saben lo que están haciendo.
Abdali cita esta historia de Rumi. Aun hoy, probablemente, habrá muchas personas que no aceptan las ideas que este cuento pretende transmitir. Sin embargo esta declaración ha sido aceptada, de una forma u otra por todos los Sufis. Comentando este hecho, el maestro Haidar Gul sólo dijo: “Hay un limite mas allá del cual es malsano para la humanidad ocultar la verdad para no ofender con ella a aquellos cuyas mentes están cerradas”.