El estudio de la personalidad es el estudio del yo inferior.
Quizás hay algunos individuos excepcionales que son criados en un ambiente ideal con padres maduros e iluminados, gente que tiene la fortuna de poseer una personalidad equilibrada, moldeada por la franqueza, la amistad, la confianza, la generosidad, la paciencia y otras cualidades de la Esencia. Pero ¿qué hay de la gran mayoría que tienen su cuota de inseguridad, recelo, envidia, egoísmo e impaciencia?
La mayor parte de nuestro trabajo es con nuestro yo inferior, el ego e intelecto, incluyendo la personalidad. No necesitamos trabajar sobre nuestro Yo superior; no hay nada que hacer con este Yo salvo tomar contacto con él, escucharlo y volverse consiente de su guía. Es la personalidad la que necesita ayuda y entrenamiento, pero sólo puede ser entrenada por el Yo superior. Con conciencia puedo usar y dirigir lo que tengo. Como un pintor, puedo aumentar la gama de colores de mi paleta. Qué colores use dependerá de las necesidades del momento. El alma – que es un rayo del Espíritu, y transporta los atributos de percepción, amor, y voluntad- puede dirigir la personalidad.
Kabir E. Helminski