domingo, 21 de marzo de 2010

3

Mi verso se parece al pan de Egipto – la noche pasa sobre él, y ya no puedes comerlo.
Devóralo en el momento que esté fresco, antes de que el polvo se ponga sobre él.
Su lugar es el calido clima del corazón; en este mundo muere de frío.
Como un pez se estremece un instante en tierra firme, pasa otro momento y lo encuentras frío.
Incluso si te lo comieras imaginando que está fresco, es necesario evocar muchas imágenes.
Lo que bebes es realmente tu propia imaginación; esto no es un viejo cuento, mi buen hombre.

RUMI