martes, 16 de marzo de 2010

El zorro asustado

Un zorro estaba corriendo aterrorizado, dando tumbos y gimiendo, huyendo precipitadamente.
- ¿Qué sucede? – le preguntó la gente - ¿Qué desgracia te obliga a correr así?
El zorro hizo un alto para tomar aliento.
- Están reuniendo a los camellos – dijo con voz entrecortada – Y me quieren poner con ellos a trabajar.
- ¡Majadero!- dijeron todos riéndose - ¿Entonces por que huyes? Tú no eres un camello. No siquiera lo pareces.
- ¡Callaos!- los interrumpió bruscamente el zorro – Yo sé que no soy un camello, y vosotros también lo sabéis. Pero esa gentuza que me sigue no se preocupa de nimiedades como esta. Basta que uno te tome inquina para que grite: “¡Mirad, allí hay otro camello”, y ¿quien escuchará unas pocas voces en medio de los aullidos de los perseguidores? Y para cuando nos distingan a todos, ya será demasiado tarde.
¡Habría muerto en el desierto con la carga de un camello en mi lomo!.