miércoles, 1 de septiembre de 2010

Historia que ilustra la paciencia en beneficio de los amigos



Cierto hombre, cuyo corazón era tan puro como el de Saadi, se enamoró. Aunque mofado por sus enemigos por este motivo, no mostró enojo.
Alguien le preguntó: “¿No te da vergüenza? ¿No eres sensible a esas actitudes poco dignas? Es indigno exponerse a si mismo al ridículo, y es debilidad soportar pacientemente las burlas de los enemigos. No tener en cuenta los errores del ignorante, no es correcto, porque puede decirse que no tienes ni fuerza ni coraje”.
¡Cuan elegantemente el distraído amante replicó!¡Sus palabras son dignas de ser escritas en letras de oro!
“En mi corazón hay lugar solamente para mi amada, así que no existe espacio para la mala intención”.
Saadi de Shiraz