miércoles, 1 de abril de 2009

Acordarse de la muerte

Se cuenta también que en aquellos tiempos había muerto un hombre importante de Konia y que Maulana estaba presente en el duelo, aunque no entró en la casa donde se había producido la muerte y esperó fuera a que sacaran el ataúd para llevarlo en procesión hasta el cementerio.
Kamaluddin estaba en la puerta de la casa del difunto y saludaba a los que venían a sumarse a la procesión; y cuando fueron a bajar por fin el ataúd a la fosa, Maulana, que estaba de pie junto a la fosa, pidió oír la oración fúnebre, y convoco también a Kamaluddin; y dijo después:
-Suponiendo que se pidiera a un tal Sadruddin y a otro tal Badruddin (que ya habían fallecido) que se presentaran, saliendo de sus tumbas, no podríamos decir si cualquiera de los dos tendría “el resplandor y las bendiciones de Dios” cuando les leyeran por primera vez los registros de los Ángeles Registradores. Como todos los que “se van” se llevan consigo sus buenas obras o sus obras malas, por eso es necesario recordar el Día del Juicio, pues esta persona que ha muerto también será juzgada en virtud de sus actos.