miércoles, 15 de abril de 2009

Escribir


P: Traigo a la atención que Feroz Shamsiri, el gran sufi de Tashkent, solía vivir allí, pero rara vez mantenía reuniones con sus discípulos. Siempre se comunicaba con ellos por escrito. ¿Por qué era así?

R:
Si tienes alguna experiencia en grupos espirituales, sabrás que demasiadas personas concentran su atención en el maestro y no en la enseñanza. Ciertamente, este es un abuso tan frecuente que algunas personas desarrollan una fijación total en el maestro, sea verdadero o falso.
Incluso en Oriente, la gente confunde este fenómeno con la santidad, o con la experiencia religiosa.
Sabiendo esto muchos sufies no enseñan directamente en modo alguno; dependerá mucho sobre la condición de sus seguidores.
Por lo tanto, no es insólito que los maestros escriban o dicten enseñanzas, que luego son leídas o recitadas en conferencias.
Sin embargo, cuando los individuos o los grupos de estudiantes son capaces de concentrarse sobre la esencia y no la apariencia o la presencia del maestro, las reuniones se celebran.
Los investigadores de la psicología en Occidente han descubierto tan sólo recientemente que la presencia de alguien que se supone que está enseñando produce una sensación de sobrecogimiento, importancia o devoción religiosa que, por supuesto, no es lo mismo que percibir lo que hay realmente allí.
Idries Shah