martes, 16 de junio de 2009

El idiota en la gran ciudad

Hay diferentes formas de despertar. Sólo una es la correcta.
El hombre está dormido, pero debe despertar en la forma correcta. Existe una historia referente a un ignorante cuyo despertar no fue correcto.
Este idiota llegó a una gran ciudad y quedó confundido por la cantidad de gente que había en la calle. Temiendo que, si se dormía, al despertar no se encontraría a sí mismo en medio de tanta gente, ató un globo a su tobillo a fin de poder identificarse.
Un bromista, dándose cuenta del hecho, esperó a que aquel se durmiese, sacó el globo y lo ató a su propia pierna. También el se acostó a dormir en el piso de la posada donde se detenían las caravanas. El tonto despertó primero y vio el globo. En un principio pensó que aquel otro hombre debía de ser él. Luego lo acometió gritando: “¿Si tú eres yo, entonces quién, por el amor de Dios, quién soy y en dónde estoy yo?”.

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Este cuento, que aparece también en la colección de humoradas de Mulá Nasrudin, conocido en toda Asia Central, se conserva en el gran clásico espiritual Salaman y Absal de Abdur-Rahman Jami, autor y místico del siglo XV. Arribó del más allá del Oxus y murió en Herat, luego de transformarse en una de las más grandes figuras de la literatura persa.
Jami causó mucho resentimiento entre los teólogos por su franqueza, especialmente al decir que no reconocía otro maestro que su propio padre.




IDRIES SHAH