sábado, 13 de junio de 2009

Hasta que el hombre no destruye su ego no es verdadero amigo de Dios

Una vez un hombre golpeó la puerta de su amigo. Este le preguntó:
“¿Quién eres, oh fiel? él dijo “Soy yo” el hombre respondió “No puedes pasar. No hay lugar para lo “crudo” en mi fiesta bien cocida. Nada salvo el fuego de la separación y la ausencia puede cocinar al crudo y liberarlo de la hipocresía. Como tu ego aún no te ha dejado debes ser quemado en llamas ardientes”.
El pobre hombre se alejó y por un año entero viajó ardiendo con pena por la ausencia de su amigo, su corazón ardió hasta que quedó cocido, y entonces volvió y se dirigió a la casa del amigo. Golpeó la puerta con temor y estremecimiento, no fuera que una palabra descuidada cayera de sus labios.
Su amigo gritó “¿Quién esta en la puerta?”
El contestó “Eres tú quien esta ante la puerta, oh amado”
El amigo dijo “Puesto que soy yo déjame entrar, no hay lugar para dos “yoes” en una casa.”



Jalaludin Rumi