domingo, 7 de junio de 2009

No obtengas conclusiones prematuras

Aunque se suponía que era un hombre sabio y santo, Nasrudin fue acusado de ser poco más que analfabeta.
Un día el gobernador de su país decidió ponerle a prueba.
-Escribe algo, Nasrudin- le dijo.
-Me encantaría hacerlo, pero he hecho una promesa de nunca jamás volver a escribir una sola letra – dijo Nasrudin.
-Bueno, escribe algo en la forma en que acostumbrabas escribir antes de que decidieras no volver a escribir, para que yo pueda ver como era.
-No puedo hacerlo. Piensa que cada vez que escribes algo, tu escritura cambia ligeramente a causa de la práctica. Si yo escribiese ahora, seria algo escrito para ahora.
-Entonces tráiganme un ejemplo de su escritura, si alguien conserva algo en su poder – ordenó el gobernador.
Una persona trajo un manuscrito terriblemente garabateado que el Maestro le había escrito alguna vez.
-¿Es ésta tu escritura? – preguntó el monarca.
-No- dijo Nasrudin -. La escritura no solamente cambia con el tiempo, sino que lo que tú estás viendo ahora es una muestra de escritura que yo hice para demostrarle a alguien la forma en que él no debía escribir.