viernes, 31 de julio de 2009

81

El amor por ti me hace inconsciente de mi propia familia, pues tu amor ha arraigado los fundamentos del bienestar;
Porque el Amor solo desea la ruina de los asuntos propios, pues el Amor no acepta consejo de ninguna calamidad.
¿Qué lugar hay par la sana y hermosa reputación, el respeto y la pompa? ¿Qué es la casa y la seguridad, que es la familia o los hijos?
Cuando la espada del Amor roba el alma del amante, un millar deponen sus vidas en gracia por ello.
¡Cómo! ¿tu deseo de amor, y después el miedo a la ruina? ¿Tú con la bolsa sujeta, y después el amor por ese labio de azúcar?
Aparta tu cabeza y siéntate en el rincón de la seguridad- la mano corta no aspira al alto ciprés.
¡Vete! En toda la vida no has cogido el perfume del Amor; esto no es Amor, esto es razón autosatisfecha.
¿Qué es ejercitar la paciencia y agarrar la falda por tentación, sentado unos pocos días para ver lo que llega del cielo?
El fuego del Amor llegó y consumió todo lo que está junto a El; puesto que todo esta consumido, ¡siéntate contento y ríe alegre!
Especialmente el Amor de ese Uno, cuyo semejante, desde Alast hasta ahora, nunca ha sido tan devoto de la castidad.
Si tú dices, “Le he visto”, por Dios abro otro ojo y cierra estos dos;
Pues por esta mirada, miles de miles como yo y como tu en ambos mundos han sido destruidos y cegados para siempre.
Si a mi vista llegara otro que esa Belleza, ¡que mis dos ojos sean arrancados son una hacha!
La vista de todos los hombres heroicos ha demostrado impotencia; ¿Cómo alcanzara el perezoso la Belleza y Majestad del rey?
¿Ojala ese Dios hubiera rasgado el velo del ser, igual que Ali el León desgarró las puertas de Khaibar,
Para que el ojo pudiera ver como durante mil años, cinco veces al día, él golpea los tambores en el otro lado!
RUMI