lunes, 13 de septiembre de 2010

Cuento VII

El hombre que rezó seriamente para ser alimentado sin trabajar

En el tiempo del Profeta David había un hombre que solía rezar día y noche pidiendo, “Tu me has creado débil e indefenso; concédeme el pan diario sin obligarme a trabajar para conseguirlo”. La gente se burlaba de él por hacer una petición tan tonta, pero el persistía y finalmente una vaca entró en su casa por su propia voluntad, y él la mató y se la comió.
Esto ilustra el dicho del Profeta de que Dios ama a los que piden seriamente, porque El considera la sinceridad de la oración más que la naturaleza de las cosas que pide. Todas las cosas alaban a Dios, pero las alabanzas de los hombres y las de un Sunnita son diferentes de las de un Compulsionista (Jabri). Cada uno dice que el otro está en el camino del error, pero nadie salvo el verdadero hombre espiritual conoce la verdad.
Rumi