domingo, 19 de septiembre de 2010

En la biblioteca

Tres derviches se encontraron en una biblioteca.
-Voy a leer todos los libros de sabiduría Sufi – dijo el primero- Luego consideraré sus significados y veré como se relacionan conmigo.
- Copiaré los libros de mi propia mano, de forma tal que sus lecciones puedan ahondarse - dijo el segundo – Luego revisaré su significado interno y externo.
- Ganaré lo suficiente para comprar todos los libros y luego los leeré – dijo el tercero. – Luego os haré preguntas para sacar provecho de las partes de los libros que vuestras palabras y acciones indiquen que no habéis comprendido.
Y yo – dijo el cuarto derviche que pasaba por allí y se detuvo a escucharlos – estudiaré para ver si su vanidad le ha permitido ver lo que hay que ver, en los libros y en los productos de los libros.
El Sufi puede no ser capaz de enseñar por medio de la enseñanza directa, tal como ordinariamente se la comprende, a pesar de que la gente solicite esta enseñanza.
El jeque Fariduddin Attar relata que una vez al retorno de un peregrinaje, se pidió el gran Samnun Muhibb que diera una charla.


La Charla
Cuando el Sufi hablaba, la gente estaba completamente inmóvil.
De modo que el jeque se dirigió a las velas que había en la mezquita donde se encontraban, ya que estas se bamboleaban al quemarse. Luego, el Sufi estableció el paralelo con su audiencia, y partió.