jueves, 23 de septiembre de 2010

Relatos

A efectos semejantes deben corresponder causas semejantes

Un tendero tenía un loro en su tienda.
Un día, un gato derribó un recipiente de aceite y salio huyendo.
Cuando llegó el tendero, creyó que había sido el ave la que había vertido el aceite y la maltrató tanto que le arrancó todas las plumas de la cabeza.
Al cabo de un tiempo, el loro vio pasar a un calvo y gritó:
- ¿Qué aceite has vertido tú?

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La madre tierra

Se cuenta también que cuando murió uno de los discípulos principales, sus compañeros discutieron si debían enterrarlo en un ataúd de madera o sin ataúd; y, como no llegaban a una decisión, pidieron consejo al santo Karamuddin. Este expresó lo opinión de que el cuerpo debía enterrarse sin el ataúd de madera, y explicó que así como el amor de la madre por sus hijos es mayor que el amor de un hermano, del mismo modo la madre tierra acogerá en su regazo con mas afecto a su hijo que a la madera del ataúd, pues la madera sale de la tierra y es, por lo tanto, “criatura hermana”. Cuando Maulana se enteró de esta opinión, felicitó al santo, y dijo que no había visto jamás esta explicación en ningún libro.