lunes, 11 de octubre de 2010

Dame el todo, no me des las partes



Un hombre fue a la tienda de un tatuador y le pidió que le tatuase en la piel la figura de un león.
Pro el hombre era cobarde. En cuanto sintió el primer pinchazo, dijo:
-¿Qué parte del león estas dibujando?
- La cola – dijo el tatuador
- Deja la cola – exclamo el hombre -; haz otra parte.
El artista hizo lo que le pedían. Pero el hombre volvió a soltar un grito de dolor.
Y esto se repitió una y otra vez, hasta que el artista tatuador le dijo que le resultaba imposible dibujar el tatuaje de un león si no le dejaban dibujar ninguna de sus partes.