domingo, 29 de marzo de 2009

Cuentos

Yo mismo
Un monje le dijo a Nasrudín:-Es tal mi desinterés que nunca pienso en mí mismo, solamente en otros.Nasrudín le contestó:-Yo soy tan objetivo que puedo mirarme a mí mismo como si fuera otra persona;así es que puedo permitirme pensar en mí mismo.

Cómo lograr que continue
El Maestro Nasrudín acostumbraba a pararse en mitad de la calle los dias de mercado para que lo señalaran como un idiota.una y otra vez la gente le ofrecia una moneda grande y una pequeña, pero el siempre escogia la moneda pequeña.Un dia, un hombre bondadoso le dijo:- Maestro, debería tomar la moneda mayor. Entonces tendrías más dinero y dejarías de ser el hazmererir de la gente.- Eso podría ser cierto - dijo Nasrudin -, pero si yo siempre escojo la mayor, la gente dejará de ofrecerme dinero, para demostrar que soy más idiota que ellos. Entonces no tendria ninguna de las dos.

Un bocado
Nasrudín visitó a un clérigo que tenía fama de tacaño, quien le preguntó:- Maestro, ¿te gustaría comer un bocado?Cuando la comida llegó, el maestro observó que efectivamente no era más que un bocado.Casualmente en ese momento un mendigo se asomó por la ventana. Y el clérigo le gritó:- ¡Vete, o te romperé la cabeza!- Hermano - le dijo Nasrudín - aléjate volando. Tengo experiencia para asegurarte que este hombre nunca exagera.