sábado, 18 de abril de 2009

Cuento 6



Un asceta era invitado de un Rey. Durante la comida comió menos que lo que deseaba y pasó más tiempo en oración de lo que acostumbraba a fin de que la opinión de la corte sobre su piedad aumentase.
¡Me temo que no llegaras a la Kaaba, Oh nómada,
Pues el camino que sigues lleva a Turquestán!
Cuando llego a su casa ordeno que se le sirviera una comida. Su hijo, un muchacho perspicaz, pregunto: “Padre, pensé que habías estado en el banquete del Sultán, ¿no comiste?”. El respondió: “No comí nada frente a ellos con un objetivo”. Su hijo replico: “Entonces di nuevamente tus oraciones pues no has hecho nada por tu objetivo en el otro mundo”.
¡Oh tu que expones tus virtudes en tu palma abierta
Y ocultas tus vicios bajo tus vestimentas!
¿Qué buscas comprar ¡iluso!
En el día de necesidad
Con plata falsificada?
Saadi de Shiraz