domingo, 3 de mayo de 2009

Nasrudin y el psiquiatra

Parece ser que un día el abuelo de todas las psicoterapias, Nasrudin, estaba viajando por un país vecino con su fiel burro, y fue a ver al psiquiatra jefe de aquel país y le dijo:
-Tengo un gran problema.
De manera que el psiquiatra se quito sus gafas de psiquiatra y preguntó a Nasrudin:
-Bien, ¿Cuál es problema?
Nasrudin contesto:
- A veces cuando viajo tengo un dolor de fondo muy intenso.
Así que el psiquiatra asintió:
- Ajá, sí, claro.
Hablaron durante media hora, y el psiquiatra emitió su diagnostico:
-Su problema es que usted odia a su madre. Váyase y vuelva mañana.
Nasrudin estaba bastante impresionado con lo que le había dicho el psiquiatra, y puesto que era una persona bastante simple, fue a ver a su madre y le dijo:
-Madre, me han dicho que el problema de mi dolor de fondo es que te odio.
Y su madre agarró un palo enorme y le arreó una paliza.
Nasrudin fue a ver a su mujer, y le contó su visita al doctor:
-Fui a un psiquiatra y me explico que mi madre era el problema, que esa era la razón de mi padecimiento. Después fui a ver a mi madre y le explique que ella era la cauda de mi dolor de fondo porque la odiaba, y ella me pegó.
Así que su mujer replicó:
-A veces tu madre tiene muy buenas ideas- y le pegó también.
Nasrudin volvió al psiquiatra al día siguiente y le contó la historia. El psiquiatra se puso muy contento y dijo:
-Ah, que interesantísimo, no solamente tenemos aquí el problema de fondo debido a que usted odia a su madre, sino que también usted tiene complejo de persecución. Todo el mundo le pega. Vuelva mañana.
De manera que Nasrudin fue a ver a su hija y le contó el problema:
-Cuando viajo con mi burro, tengo ese dolor de fondo extraordinariamente fuerte. Fui a ver a tu abuela y me pegó, fui a ver a tu madre y me pegó, y nada ha cambiado porque a veces tengo que quedarme en casa a causa del dolor. ¿Vas a pegarme, como el resto de las mujeres de la familia?
La hija pensó un momento y contestó:-No, pero voy a darte un consejo. Andas detrás de tu burro y no delante. Porque cuando vas andando ensimismado, tu burro te muerde los fondillos.