lunes, 1 de junio de 2009

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Nuestro desierto no tiene límites, nuestros corazones y almas no conocen descanso.
Mundo sobre mundo ha tomado la imagen la Forma, ¿Cuál de estas imágenes es la nuestra?
Cuando veas en el camino una cabeza cortada que va rodando hacia nuestro prado,
Pregúntale, pregúntale los secretos del corazón, pues de ella sabrás nuestro oculto misterio.
¿Cómo seria si una oreja se mostrara familiar con las lenguas de nuestros pájaros?
¿Cómo seria si un pájaro tomase vuelo, llevando el collar del secreto de nuestro Salomón?
¿Qué he de decir, que he de suponer? Pues este cuento es demasiado alto para nuestro eventual y limitado ser.
¿Cómo guardar silencio, cuando a cada momento nuestra angustia está más angustiada?
¡Que perdiz y halcón volando juntos entre el aire de nuestra tierra montañosa,
Entre el aire, que es la séptima atmosfera, en cuyo cenit está nuestro Saturno!
¿No están los siete cielos bajo el empíreo? Mas allá del empíreo esta nuestra revolución.
¿Qué lugar hay aquí para la aspiración hacia el empíreo y el cielo? Nuestro viaje es hacia el jardín de rosas de la unión.
Deja este cuento; no nos preguntes, pues nuestro cuento está totalmente interrumpido;
Salah al- Haqq wa´l –Din te revelará la belleza de nuestro Sultan, el Rey de reyes.

Jalal al-Din Rumi