martes, 2 de junio de 2009

Historia que ilustra la sabiduría fingiendo sordera

Muchos escritores afirman la falsedad de la idea de que Hatim estaba sordo.
Una mañana, atrajo su atención el zumbido de una mosca que había quedado atrapada en una tela de araña.
“¡Oh, tu”, manifestó, “que te has quedado prisionera de tu propia avaricia, ten paciencia. Dondequiera que haya un apetitoso cebo, los cazadores y las trampas están mas a mano”.
Uno de sus discípulos comentó: “Es raro que tu pudieras oír el zumbido de una mosca apenas llegó a nuestros oídos. Ellos no pueden llamarte sordo por mas tiempo.”
El sheik replicó: “La sordera es mejor que oír palabras frívolas. Aquellos que se sientan conmigo en privado son propensos a ocultar mis defectos y a hacer alarde de mis virtudes, por lo tanto, ellos me hacen vanidoso, yo simulo sordera para poder estar a salvo de sus adulaciones. Cuando mi supuesta sordera llegue a conocimiento de ellos, hablaran por el relato de mis defectos, yo me abstendré del mal”.
No bajes un pozo usando una cuerda de alabanzas. Sé sordo como Hatim y escucha las palabras de aquellos que te calumnian.

Saadi de Shiraz