martes, 27 de octubre de 2009

El dirham que se esfuma

Muchos no comprenden el pensamiento sufi simplemente porque hacen suposiciones sobre el sufismo mediante un tipo de razonamiento que no puede surtir efecto. El motivo es la emoción o las suposiciones, y por esto los sufies intentan enseñar cómo apartar estos dos factores de distorsión.
He aquí un antiguo ejemplo práctico de lo que es el pensamiento embarullado.

Érase una vez tres derviches viajeros que llegaron a un caravasar muy entrada la noche y buscaron alojamiento para ellos y sus asnos. El posadero se había retirado a la cama, pero el sirviente que se encontraba de guardia les proporcionó servicio de establo y una habitación por quince dirhams de plata, que los derviches pagaron por adelantado.
Por la mañana, si embargo, el propietario se dio cuenta de que a los derviches se les había cobrado de mas accidentalmente; el alquiler debía haber sido de diez dirhams, de modo que les envió un portero para que les devolviera cinco dirhams.
El portero no era particularmente honesto y, además, pensó que cinco dirhams entre tres personas eran difíciles de repartir. Se dijo a sí mismo: “Para que los derviches no riñan entre ellos, les daré sólo tres dirhams de vuelta, y me quedaré las otras dos monedas para mi”.
Esto es lo que hizo, de manera que los derviches sólo pagaron doce dirhams.
Esto significa que a los derviches se les cargó doce dirhams y que el portero robo dos: en total, catorce dirhams. ¿Dónde había ido a parar un dirham?
Mucha gente, cuando se les presenta este enigma, cree que, en efecto, hay un dirham desaparecido. Pero, realmente, eso no puede ser, ¿o acaso sí?
Justo, del mismo modo, la gente imagina misterios donde no hay ninguno.
Idries Shah