jueves, 28 de enero de 2010

El misterio de “Morir antes de morir”
es éste: que los dones llegan después que mueres,
y no antes.
Excepto por la muerte, oh hábil maquinador,
ninguna otra destreza impresiona a Dios.
Un don Divino es mejor que cien afanes.
Tus esfuerzos son boicoteados desde cien lados
distintos, y el favor depende de tu muerte.
Los dignos de confianza ya han pasado la prueba.
RUMI