miércoles, 27 de enero de 2010

Sacar la basura

Cuando el joven viajero saltó de la barca, todo el mundo advirtió que parecía tan sabio, devoto y humilde que solo había un sitio en el que pudiera alojarse.
Llevaron su equipaje al monasterio, donde la piadosa comunidad le dio la bienvenida.
Un día el superior de esa comunidad le dijo al joven;
. ¿Os importaría sacar la basura de la mezquita?
Y esa fue la última vez que lo vieron.
Todos estaban desconcertados, pero decidieron que el joven no tenía aptitudes para trabajar.
Pero, al día siguiente, uno de los servidores de la comunidad vio por casualidad al joven y lo detuvo.
- Ha sido una estupidez de tu parte irte de esta manera – le advirtió - ¿No sabes que solo mediante el servicio podrás alcanzar la perfección?
Al oír estas palabras el joven lloró.
- Oh, amigo mío – exclamó - ¿Qué otra cosa podía hacer? Miré por toda la mezquita y estaba impoluta. Y al final deduje que el superior se estaba refiriendo a mí. Así que me fui de allí para que siguiera pura y sin mancha alguna.